Uno de los efectos más comunes del agua dura y la cal es su capacidad para secar la piel y dejarla incapaz de absorber la humedad. La combinación de agua dura con una condición de dermatitis coexistente puede conducir a brotes más frecuentes y graves, los cuales pueden ser especialmente irritante para quienes ya padecen una afección de la piel como la dermatitis también denominada eczema. La dermatitis atópica es una inflamación de la piel, y los brotes son más comunes cuando se padece una piel persistentemente seca
Aunque el porcentaje de personas que sufren dermatitis atópica no es muy elevado, esta sigue afectando a una pequeña parte de la sociedad que ronda entre el 4% y el 6% de la población total. En el caso de los niños y bebés el porcentaje asciende hasta el 15% al tratarse de pieles mucho más sensibles y delicadas.